Santurce, Puerto Rico. El artista plástico dominicano Bladimir Díaz, celebró junto a su familia y colegas pintores, 40 años de trayectoria, poniendo voz a sus lienzos y El artista y llega a estas cuatro décadas, en su mejor momento como pintor, porque en cada trazo deja fluir cada vez más, su excelente poder interpretativo, esa gran imaginación que lo convierte en un artista singular, de un estilo fino y de unas piezas trabajadas con pulcritud.
La celebración de sus 40 años, fue una colorida y emotiva actividad, llevada a cabo en el Salón Juan Pablo Duarte, de la Casa Dominicana, en Santurce y contó con la presencia de artistas plásticos quisqueyanos y puertorriqueños, además del cónsul dominicano César Cedeño, el director del INDEX-PR Melchor Matos, así como amantes del arte y un selecto público que disfrutó además, de 50 obras, en distintos formatos y técnicas, piezas del artista y escultor, exhibida con un trabajo revestido de una pulcritud que caracteriza al pintor internacional fama internacional.
El cónsul César Cedeño, felicitó al artista, e igualmente tuvieron palabra de elogios y felicitaciones para Bladimir Díaz, el Ingeniero Francisco Pachin Ramírez, presidente de la Junta de Directores de Casa Dominicana, la licenciada experta en asuntos migratorios, Viviana Díaz Saviñón, amiga y compueblana del pintor.
Durante la celebración el Movimiento Artístico Invasión Cultural, Por Una Cultura de Paz, que preside el también artista plástico Carlos Abad, junto a miembros de la entidad, entregaron una placa de reconocimiento, al artista plástico Bladimir Díaz, en sus 40 años en el arte y sus aportes al arte y la cultura.
Por su parte el Díaz, agradeció la distinción y expresó sentirse muy complacido por el respaldo a su trabajo durante cuarenta años.
Dijo que han sido cuarenta años, de trabajo creativo sin parar, sintiéndose muy satisfecho con todo lo que podido hacer, con el arte.
"Cuatro décadas, parece poco tiempo, pero en el arte es toda una vida, agradezco a mi fenecido padre el gran maestro y artista plástico Lan Diaz, fue mi motor inspirador, donde comenzaron a salir las primeras pinceladas allá en mi pueblo Bonao, Provincia Monseñor Nouel.
Manifestó que cuando comenzó su proyecto artistico, en el Casino del Yuna, en su pueblo natal Bonao, nunca imaginó que lo estaría celebrando cuarenta años después en Puerto Rico, con un grupo de personas maravillosas.
"La vida de un artista, es una continua búsqueda hacia la perfeccion, pero esta vida está llena de retos y logros, porque
"Pintor se hace, artista se nace", dijo.
Cuarenta años, amando cada salpicadura, cada chorreteo, que deja caer intencionalmente y
libremente sobre sus lienzos.
Cuatro décadas, mejorando cada obra que imagina y da forma para concluir piezas de trabajos limpios, qué resaltan su talento, ese mismo que aprendió de su padre el fenecido y destacado maestro Lin Díaz.
Porque cualquier persona puede anhelar ser pintor, pero el artista plástico de corazón, lleva el talento en la sangre.
Con relacion a la nueva cepa, de excelentes pintores que han surgido y continúan creando excelentes trabajos, Bladimir Díaz, envió un consejo a la nueva generación en el arte y les exhortó a ser disciplinados y siempre realizar un trabajo que sea su carta de presentación al exponer dentro y fuera de su país.
"Los jóvenes pintores de ahora, tienen varias herramienras de trabajos, que nosotros no tuvimos, los medios digitales, también les ayuda bastante, les permite crear obras, tener más exposición, ya que hoy las redes sociales son herramientas muy positivas a favor del artista plástico y toda profesional", apuntó.
Cada año vemos, en las piezas de Bladimir Díaz, un poder colorista que enamora, mezcla de oportunos colores alegres, fríos, texturas, así como esos azules que evocan nuestros mares y las nubes que adornan los días del tropicales, de donde viene este artista plástico.
Un artista disciplinado, que sin presunciones, ha logrado una trayectoria internacional basada en la calidad de sus obras expuestas en su ciudad natal, en Santo Domingo y el exterior, consolidándose en cada exposición individual o colectiva, como un maestro que nos invita apreciar su arte.
Cuarenta años, amando cada salpicadura, cada chorreteo, que deja caer intencionalmente y
libremente sobre sus lienzos.
Cuatro décadas, mejorando cada obra que imagina y da forma para concluir piezas de trabajos limpios, qué resaltan su talento, ese mismo que aprendió de su padre el fenecido y destacado maestro Lin Díaz.
Porque cualquier persona puede anhelar ser pintor, pero el artista plástico de corazón, lleva el talento en la sangre.
El artista llega a estas cuatro décadas, en su mejor momento como pintor, porque en cada trazo deja fluir cada vez más, su excelente poder interpretativo, esa gran imaginación que lo convierte en un artista singular, de un estilo fino y de unas piezas trabajadas con pulcritud y singular estilo que lo ha convertido en un pintor de renombre nacional e internacional.
Por Dominga Valdez