A raíz del pasado proceso electoral de Venezuela, es necesario dar un vistazo histórico a los acontecimientos “democráticos”, que muestran una realidad de un régimen dictatorial.
La democracia es conocida como un sistema de gobierno, en que el poder reside en el pueblo, quien lo ejerce directamente o a través de representantes (Senadores y Diputados), elegidos mediante elecciones libres y periódicas.
Se pueden destacar algunos principios fundamentales, que caracterizan una democracia, entre ellos:
- Participación ciudadana
- Soberanía popular
- Elecciones libres y justas
- Estado de Derecho
- Derechos Humanos
- Separación de poderes
- Transparencia y rendición de cuentas (no de cuentos).
Sin embargo, la dictadura se conoce como una forma de gobierno, en la que el poder se concentra en manos de una sola persona o un grupo reducido de personas. Contrario a las peculiaridades democráticas, el régimen dictatorial se identifica en:
- Concentración de poder
- Suspensión de derechos y libertades
- Ausencias de elecciones libres y justas
- Represión y uso de la fuerza
- Control de los medios de comunicación
- Ausencia de separación de poderes
- Perpetuación del poder
- Eliminación de la oposición política.
Históricamente, en nuestra geopolítica el caribe, centro y Sudamérica, se han caracterizado por presentar un rostro democrático, pero con realidades dictatoriales.
En este sentido, el caso más reciente de este teatro “democrático, lo estamos viviendo con Venezuela, ante las evidencias presentadas por el bloque opositor y la ausencia de evidencia concreta del oficialismo.
Sin lugar a dudas se puede llegar a una conclusión “Un Teatro Democrático de un Régimen Dictatorial”.
La concentración de poderes del oficialismo, en este caso el control de la Comisión Electoral y el propio tribunal electoral, que deben ser instituciones al servicio de los mejores intereses de la nación, han demostrado todo lo contrario.
Esta triste realidad que vive el pueblo venezolano, es un golpe frontal al sistema de democrático y por ende la credibilidad del sistema.
Finalmente, el dramático proceso electoral venezolano, debe llamar a una profunda reflexión de los actores sociales de nuestro país República Dominicana.
Para hacer de nuestra democracia, la base de la convivencia pacífica, justa, participativa y transparente, vigilando y accionando ante las realidades de los regímenes dictatoriales, disfrazados de democracia.
Por Doctor Dioris Contreras